Escribo desde esta tarde que intenta ser fresca, desde una habitación que quiere ser íntima, desde unas teclas de plástico que no quieren dejar de ser cálidas, desde una ventana con cortinas de ramas y flores abierta lo mismo al cielo multicolor de los días que a las diferentes obscuridades de la noche, desde una música de un piano que nace en otro tiempo ,pero que se derrama desde arriba de los libros , cae por la espalda del escritorio, vuelve a subir frente a los libreros y pasa por Cortázar, y Fuentes y Paz y Galeano y Sabines y Poniatowska y Cabrera Infante y Saramago y Carpentier, y Perez Reverte y Pellicer y Becerra y Borges y Benites y Cosío Villegas, y Tolkien y Benedetti, y por las caracolas que me regaló mi amigo Lino hasta alcanzar la ventana con cortinas de ramas y flores que da al patio donde los niños, las niñas, y la noche se asoma para regalarme sus misterios y sus milagros.
Escribo desde un rincón de ésto, que aprendí en un banco de madera cansada, que se llamaba Patria, y que nos unía a todos y que comenzaba en el Bravo y el Colorado y terminaba en el Grijalba y el Suchiate y el este el Golfo y al oeste el Pacífico, y resultaba que estabamos rodeados de agua y éramos y somos hijos del agua (y quizás por eso somos tanto como lluvia, llanto, tormenta y aguacero y por eso cuando amamos somos crecientes que se derraman , se desbordan, hasta inundarnos mutuamente).
Escribo desde esta Patria que aprendí en la banca de madera cansada que éramos Veracruz, y Chihuahua y Tabasco y Jalisco, y Guerrero y Chiapas y el lago de Chapala y el Cofre de Perote , y éramos también los Huicholes que vivían en Nayarit, los Rarámuris en la Sierra de Chihuahua, los Choles y Tojolabales que viven en Chiapas, los Mixtecos que viven en Oaxaca y todo esto cabía en un cuaderno que puntual yo ponía sobre el escritorio de madera cansada que estaba en una escuela que se llamaba José María Morelos y Pavón, y cabían tambien los verdes de las misteriosas selvas, los azules de las múltiples aguas que nos rodeaban, los cafés de las incansables Sierras, los amarillos de los desiertos lejanos, los morados de los atardeceres y los negros de las noches inquietantes.
Escribo de un rincón de la patria, desde esta ciudad parte mito, parte sueño y parte misterio, donde caben igual una invasión filibustera, un legendario casino, dos hipódromos, decenas de diluvios, una avenida hecha de leyendas, una frontera hecha de incontables historias de vida y de muerte, de muros de concreto y de fusiles.
Escribo desde el rincón de arriba y a la izquierda y trato de entender lo que sucede en las otras esquinas de mi patria, allá junto al Suchiate y trato de entender la selva, los montes, la miseria, qué es ser Tseltal o Tojolabal, su vida perseguida, el frío de todos los días, la lluvia, la enfermedad, la muerte y miro lo que sucede en Oaxaca donde arrecia lo mismo furia de la naturaleza con el encono humano y la pobreza es más pobreza y la muerte es más muerte y la soledad es más soledad.
Escribo y trato de desentrañar el tiempo que viene y escucho los clamores por reducir el dolor, por acabar con la desvergüenza, la impunidad y establecer un breve pero cierto y legítimo espacio donde el respeto y la tolerancia y la ley y la nobleza y la lealtad, para que haya un rincón de felicidad y prosperidad en esta patria de la que aprendí que era la mía en aquel banco de madera cansada en un saloncito obscuro de un escuela con nombre de procer de la nación, pero que tenía un patio de tierra, muy chiquito, sin árboles ni pastito para tirarse a jugar.
Escribo desde el fondo de mi esperanza desde los atisbos de mis sueños y de mi piel , desde la música que sigue trepando por los libreros y tocan las denuncias de Bartolomé de las Casas, las historias de poder de Don Juan, las imágenes amorosas de Sabines y de Neruda, las biografías del “Che” Guevara de Taibo II y de Castañeda, los nueve anillos y las aventuras de Gandalf y de Frodo descritas por Tolkien, los comunicados y cuentos de Marcos, los diez tomos de la “Historia Moderna de México” de Cosío Villegas, los libros de Historia de Hugh Thomas , el de España, y el de Cuba.
Escribo desde, para, con , en medio de mi patria, esa donde Cuauhtémoc fue el último emperador Azteca, donde Taxco y su plata, Tres Marías y sus quesadillas de queso y de hongos y de sesos y sus pambasos de choriso, y su champurrado, Veracruz y su café de “La Parroquia” cualquier noche después de pasear por el malecón y el embarcadero, donde Monterrey y sus Troles, Puebla y su mole y sus Chalupas, Ensenada y sus tacos de pescado, Yucatán y su Cochinita Pibil, Mexicali y su comida China.
Escribo desde esa patria donde los boleros y los tríos, y la Banda , y el mariachi, y el son, y el danzón, y el arpa y el guitarrón.
Escribo desde un país lleno de paradojas. Nuestra riqueza cultural no nos rescata de la pobreza de vida. López Velarde, Villaurrutia, Pellicer, Siqueiroz, Orozco, Diego, Tamayo, Becerra, Fuentes, Paz, Rulfo, Revueltas, Chavez, Gonzalez, Cosío Villegas, Poniatowska, Paz Paredes, no evitan la incontenible miseria que azota a la nación. Escribo desde esta país que tiene los pobres creados por la Colonia de los siglos XVI al XIX, por el Imperialismo e intervencionismo del S.XIX , por el Capitalismo del S.XX, por el Mercado Globalizado del S.XXI. Escribo desde un país que tiene mas de 500 años de miseria. Nos faltan caminos, pan, vivienda, educación, empleos, serviciosd de salud, justici . Demasiados caciques (dentro y fuera del país), demasiada hambre, fronteras afuera y fronteras adentro..
Escribo desde la última soledad, la del hombre frente así mismo que no tiene mayor reclamo que la de su consciencia, que conoce su historia, que sabe que su vida no es un simulacro y que sus letras terminan siendo (como cada acto suyo), un susurro en medio de la noche.
adolfomoralesmoncada
2 comentarios:
Y yo celebro que escriba!!!... Aplaudo estas letras!!!... magnífico texto, lleno de poesía y verdad.
Un abrazo
Mony
Adolfo: si de todos se desprendieran susurros tan llenos de conciencia social, conocimiento, sabiduria y poesia, otra seria nuestra historia.
Aplaudo a la vida por conciencias como la tuya y las letras desprendidas de tu ser, y aplaudo a la "causalidad" de saberte en mi vida....Abrazos amigo,
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