Pues bien, un ciclo de mi vida se cierra. 14 años frente al micrófono, de octubre de 1998 a diciembre de 2012.
Asuntos personales que modifican la logística cotidiana, tiempos, distancias... experiencias de las cuales aprendes y te llevan a una consciente toma de decisiones. Todo se acomoda, digo yo.
Siempre agradeceré al "profe", Adolfo Morales, la oportunidad de aquella tarde de octubre del 98. Colaborar como lectora y luego de algunos años (habiéndose integrado el equipo con Hadia Farfán y Sharon Vázquez), como Co-Productora de ese proyecto radiofónico, ha significado en mi vida una de las experiencias más enriquecedoras en todos los niveles posibles.
Me llena de satisfacción saber que, precisamente gracias a nuestras aportaciones, ese proyecto creció de manera importante y afortunada, y que ahora -al retirarme- está muy lejos de lo que fuera en 1998. Agradezco y reconozco el papel protagónico de mi adorada Hadia en dicho crecimiento, su valiosísima aportación al proyecto es innegable. Su amistad, de mis tesoros más preciados.
Así como, en su momento, me tocó relevar a la generación de colaboradores previa, estoy segura que vendrán generaciones nuevas, voces frescas y, también, llenas de compromiso con la promoción de la lectura y difusión de la literatura. Finalmente, nadie somos indispensables y el proyecto vale por sí mismo, más allá de quién esté tras el micrófono.
No cierro la posibilidad de colaborar, cuando la oportunidad se presente, como lectora. Me quedo con lo importante: la amistad.
Larga vida a Letras al Aire... un espacio muy valioso para las letras en la radio de Tijuana.